Usando todas sus extremidades, Señora Octopusa sacó una caja, la que contenía su nuevo vestido de estampado cubista, se libró de todas las algas adheridas a su cuerpo, se acomodó su sombrero, escribió una carta al señor Oscar, amarró sus botas de mil y un cordones y se oxigenó, todo al mismo tiempo, dejando un tentaculo libre para tomar su matutina dosis de tinta.
Oscar de la Renta Crucero 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario